sábado, 29 de marzo de 2014

NORMAS O ACUERDOS PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA DE EDUCACIÓN INICIAL

Hola apreciados usuarios.

Ante todo expreso mis mayores deseos porque se encuentren muy bien y puedan hacer el espacio y el tiempo para disfrutar un feliz fin de semana con sus seres queridos.
En esta nueva entrada, voy a compartir mis reflexiones acerca de la importancia de las normas de convivencia en el aula.
Considero  que antes de adentrarnos en la revisión y/o construcción de estrategias basadas en la promoción de la lectura para la enseñanza de los valores, establecido como el propósito fundamental de este blog, es pertinente  reflexionar acerca de la importancia que reviste la construcción de normas o acuerdos para la convivencia pacífica en el aula, lo que nos permitirá establecer las pautas de comportamiento aceptables en los niños y niñas, para que todas las actividades programadas se puedan desarrollar en un clima de armonía.
                Para tener claro lo antes expresado, hemos de internalizar que la enseñanza de las habilidades sociales a los niños y niñas es una competencia y responsabilidad clara de la escuela como institución, junto a la familia y en coordinación con ella. La escuela es una importante institución de socialización proveedora de comportamientos y actitudes sociales; y el aula, es el contexto social en el que los niños pasan gran parte de su tiempo relacionándose entre sí y con los adultos, de forma que se convierte en uno de los entornos más relevantes para su desarrollo social y, por tanto, para potenciar y enseñar habilidades sociales.
                Al hablar de habilidades sociales, me refiero a un conjunto de conductas aprendidas, completamente de acuerdo con la definición que aporta Monjas (1998), quien se refiere a ellas como “un conjunto de competencias conductuales que posibilitan que el niño mantenga relaciones sociales positivas con los otros y que afronte, de modo efectivo y adaptativo, las demandas de su entorno social, aspectos estos que contribuyen significativamente, por una parte, a la aceptación por los compañeros y, por otra, al adecuado ajuste y adaptación social” (pág. 19)[1]. Algunos ejemplos señalados por la autora antes mencionada: hacer una petición de forma adecuada, empleando el término “por favor…”, responder a un saludo, resolver un conflicto con un compañero/a por vías pacíficas, ponerte en el lugar de otra persona,  expresar sentimientos y emociones, decir cosas agradables y positivas a los demás, entre otras.
                Siendo que el aprendizaje de habilidades para la interacción social, está contemplado en el Área de Aprendizaje: Formación Personal y social, en el Currículo de Educación Inicial (Venezuela, 2005), imagino que también está previsto en los Currículos de la mayoría de los países; de allí que se han de enseñar directa y sistemáticamente, lo que implica dedicarles un tiempo en el horario y diseñar estrategias didácticas para la consecución de los objetivos propuestos.
                Una de las estrategias pertinentes para favorecer este aprendizaje (habilidades para la interacción social) en los niños y niñas, está relacionada con la elaboración de las normas de convivencia.  Al respecto, es preciso señalar que las normas son reglas de conductas que imponen un determinado modo de obrar. Estas pueden ser establecidas desde el propio individuo que se las auto impone, y en este caso son llamadas normas autónomas, como sucede con las éticas o morales; por ejemplo, el adolescente formula principios morales generales y los afirma de un modo autónomo frente a las normas exteriores. El respeto a estas últimas se realiza de un modo personal. También, tenemos las que son fijadas independientemente del sujeto que las cumple, son llamadas normas heterónomas, y pueden ser los usos y costumbres, establecidos por la sociedad por su repetición continua, con la consecuencia que quienes no las cumplen pueden recibir el rechazo del cuerpo social que integran. Las normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse en el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge la noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos morales como la honestidad -necesaria para que los juegos funcionen- y la justicia. Este aspecto es afín a la postura de Piaget, quien estableció varias etapas de desarrollo moral, a través de la cual de manera simple: busca entender la moralidad de adentro hacia afuera, como entendimiento del sujeto que luego se expresa en sus actitudes.[2]
En el ámbito educativo, las normas de convivencia se conciben como una herramienta pedagógica para crear un clima de confianza, respeto, no discriminación y dignidad entre todas las personas que integran la institución educativa. Busca establecer pautas de comportamiento o reglas claras y mecanismos efectivos para resolver los conflictos de forma pacífica y mejorar las relaciones entre los niños, niñas y adolescentes. Las mismas,  han de ser precisas y coherentes, y se aplican a todos según unos principios previamente aceptados. Por ello es preciso que las niñas, niños y jóvenes participen en la elaboración de esas normas, a manera de un reglamento sencillo por el que regirán su comportamiento en el aula y en la escuela; deberán tomar en cuenta que las reglas que incluyan deben ser: justas, fáciles de comprender, acordes con lo que se pretende, posibles de cumplir y, que no choquen con otras normas o con los valores de la escuela o de la sociedad.   
Para establecer dichas normas y construir patrones de comportamiento es necesario generar el interés en los integrantes del grupo. Es importante crear un clima armónico y propiciar conversaciones con el grupo de niños y niñas acerca de lo que entienden como Paz y/o convivencia pacífica. Hacer lecturas acerca del tema; invitar a los niños y niñas a compartir sus ideas y reflexiones acerca del tema. En ese marco los acuerdos de convivencia se discuten, se aprueban, se escriben y colocan en un lugar visible del aula, con todas las firmas de niñas, niños y jóvenes participantes, para que puedan recordarlos y, para revisarlos cuando se requiera.
Resulta significativo que los padres y representantes también participen en la construcción de estas normas. Para ello, las docentes pueden realizar encuestas o entrevistas referidas a conceptos de “normas de convivencia” para que los niños las apliquen en sus hogares, luego en la escuela realizar conversatorios con los niños sobre las opiniones que manifestaron los padres, e invitar a los padres a la escuela, para que compartan con los niños y niñas sus impresiones acerca de las mismas.
Una vez que los acuerdos del aula, o normas de convivencia, sean construidos, escritos y analizados por todos los actores involucrados, las docentes deben elaborar el Cartel o afiche con esas normas y ubicarlos en un lugar visible: Quiero resaltar que las mismas deben estar acompañadas de un proceso pedagógico continuo y permanente, que favorezca en los niños y niñas la formación de actitudes y conductas que los conduzcan a internalizarlas como un hábito, para que sean aplicadas  por todos en cualquier espacio y circunstancia. Así mismo, deben ser compartidos con los padres y representantes para que se le dé continuidad en el hogar.  Se sugiere elaborar con los niños una revista infantil para publicarlos. También se puede elaborar con los niños tarjetas de presentación con las normas y enviar a los hogares. Los niños deben ser en todo momento los protagonistas de estas acciones; claro está, que necesitamos de docentes muy creativos e innovadores, además comprometidos con la dedicada tarea de formar valores para la vida.
Es importante destacar que en la dinámica que se genera para la construcción e implementación de las normas de convivencia en el aula de clases, el Docente del Nivel Inicial debe buscar siempre nuevas alternativas de enseñanza o metodologías que pueda proponer ante su grupo de niños, atendiendo sus capacidades, necesidades e intereses para contribuir con su desarrollo y aprendizaje; así mismo, debe mantener una actitud de amplio criterio, capaz de interpretar la realidad circundante, capaz de crear y ofrecer al niño y la niña un ambiente armónico para su desarrollo integral y aprendizajes, en un clima de libertad.  
                Una vez creadas las normas, se deben establecer protocolos o pautas de actuación ante las diversas situaciones y/o problemas de convivencia que se presenten en el aula. (Para que exista equidad y constancia a la hora de resolver situaciones similares).
Gracias por su atención, hasta un nuevo encuentro...

Xiomara Hernández
28 de Marzo de 2014
 




[1] Documento completo: Las Habilidades Sociales en el Currículo, en http://213.0.8.18/portal/Educantabria/RECURSOS/Materiales/Biblinter/HABILIDADES.pdf
 


 

 
 

miércoles, 26 de marzo de 2014

La Maestra, como formadora de valores...


Presentación con algunos conceptos y elementos básicos que deben tomarse en cuenta  en el ámbito escolar, en la tarea de formar valores para la convivencia pacífica...
Por: Xiomara Hernández
Marzo, 2014

¿Qué es educación para la convivencia pacífica?

Hola, apreciados Usuarios. 

 Comparto con todos, algunas consideraciones acerca de la educación para la convivencia pacífica. 

 En mi país Venezuela, es una realidad que la labor educativa se ve ensombrecida por fenómenos sociales presentes en el contexto donde crecen los niños, niñas y jóvenes, entre ellos la violencia, la cual según la Organización Mundial de la Salud (2002), “es una enfermedad social que ha alcanzado una gran magnitud, con sus altas dosis de intolerancia y hostilidad, generando un clima extendido de polarización que se ha exacerbado en las últimas décadas”.

Esa situación de intolerancia generalizada, nos exige actuar urgentemente para detener la degradación de las relaciones humanas. Para ello, es importante recordar conceptos contenidos en la Carta Constitutiva de la UNESCO (1942), como una frase elocuente de su Preámbulo que expresa: Los gobiernos de los Estados Partes en la presente Constitución en nombre de sus pueblos, declaran: "… puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz…”. 

El movimiento-visión "Hacia una Cultura de Paz", de la UNESCO (1999), reconoce que la paz no sólo se refiere a la ausencia de conflictos; también requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo para que los mismos se solucionen en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos. Entre las medidas para promover una cultura de paz por medio de la educación, plantea:

Velar por que los niños, desde la primera infancia, reciban instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que les permitan resolver conflictos por medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad humana y de tolerancia y no discriminación.  Hacer que los niños participen en actividades en que se les inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz. (UNESCO, 1999).

Tal medida propuesta por UNESCO para promover la paz; a mi modo de ver, define perfectamente lo que significa la Educación para la Convivencia pacífica; además, deja claro que la educación no puede estar de espaldas a esa realidad que se vive en el contexto social, político, cultural y económico del país en general; ni a la familia y a la comunidad inmersos en ese entorno. Ello, nos presenta un dilema sobre qué y cómo hacer frente a esa situación de violencia desenfrenada que impera y lacera nuestra fibra social y, la respuesta no puede ser represiva, ni punitiva, sino preventiva. De allí que, para aportar una solución pertinente y  efectiva a la situación antes expuesta, la sociedad en general, debe plantear como prioridad promover en todos sus espacios y, específicamente en las escuelas, un ambiente de armonía a través del establecimiento y reforzamiento de programas pedagógicos orientados a la formación y el ejercicio progresivos de la ciudadanía. Expresado en pocas palabras, esa labor preventiva debe desarrollarse, formarse y construirse en la escuela.

Indudablemente, el espacio de la Educación Inicial es propicio para esa labor, bien lo expreso Pitágoras “Hay que educar al niño para no castigar al hombre”. Educar a los niños y niñas de 0 a 6 años para la paz, significa crear bases firmes en su mente y en su corazón: Inculcarles desde la más temprana edad normas, conceptos y comportamientos hacia la asunción de la paz y el rechazo a la violencia como componentes esenciales de su personalidad.

Lo anterior, tiene sustento en el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos de los Niños aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1.989; allí se define perfectamente la esencia de la Educación en los primeros años de la infancia, con una clara orientación hacia el aprendizaje de habilidades, hábitos, conceptos y actitudes que van a dar como resultado la formación de valores para la Convivencia Pacífica:

Los Estados Partes, convienen en que la educación del niño debe estar encaminada a lograr:

• El desarrollo de la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades;

 Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;          

•Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;

•Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, PAZ, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena;

• Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.

Ahora bien, a fin de atender una educación para la convivencia pacífica desde el nivel de Educación Inicial, es necesario la consideración de procedimientos pedagógicos y metodológicos que permitan orientar las acciones en el aula y que las mismas trasciendan las puertas de la Escuela: hacia la familia y la comunidad: Es una tarea formativa. En este escenario, los educadores cumplen una función primordial como mediadores, propiciando el tránsito hacia una cultura de paz, mediante el desarrollo de situaciones de aprendizaje que favorezcan el establecimiento de relaciones interpersonales satisfactorias.

En esa línea, Educar para la paz y la convivencia es una propuesta de acción que se debe trabajar con voluntad por todos los sectores de la comunidad educativa. No sólo el futuro, sino también el presente dependen de que nuestros niños, adolescentes y jóvenes aprendan a resolver sus conflictos por vías pacíficas. Por eso, es muy importante que se cree un clima de armonía y sano convivir en los centros de educación inicial, por medio del fomento de habilidades sociales específicas: identidad personal, comunicación, negociación, que se traduzcan en actitudes y hábitos de convivencia.

En este sentido, la invitación a los educadores es para que reflexionen en torno a: ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Para qué? y ¿Cómo? educar para la convivencia pacífica desde la escuela; y que las acciones que se propicien redunden en un impacto que trascienda sus puertas, hacia los espacios de la comunidad. En atención a estas interrogantes, se pretende fomentar desde el contexto de la Educación Inicial aspectos de suma importancia en la formación del ser social, necesarios para cultivar la paz como valor universal. Dichos aspectos se mencionan a continuación:

v  Identidad personal, autoestima.

v  Clima de seguridad, respeto y confianza.

v  Relaciones de apoyo con las familias y la comunidad.

v  Educación emocional.

v  Prácticas para el fortalecimiento del buen trato y respeto a la diversidad.

v  Resolución de conflictos a partir de los deberes y derechos.

v  Participación democrática.

v  Amor al prójimo, a las plantas y animales.

v  Uso del diálogo.

v  Ausencia de gestos, palabras y acciones violentas en las interacciones grupales.
 
En otras entradas compartiré estrategias para favorecer en los niños y niñas los aspectos mencionados...
 

 
Nota: Esta información forma parte de un proyecto/trabajo que desarrollé cuando me desempeñé como Coordinadora de Educación Inicial en el Estado Miranda, Venezuela... El Proyecto se denominó "Semillitas de Paz", implementado desde el año 2010 en todas las escuelas del estado que ofrecen atención a los niños y niñas del mencionado nivel educativo. Pueden ver más detalles del mismo en http://redesoei.ning.com/profiles/blogs/educaci-n-para-la-convivencia-pac-fica-proyecto-semillitas-de-paz
 
Xiomara Hernández O.
26 de Marzo de 2014

 

miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Qué tenemos y qué hacer con el tema de la violencia?

Hola apreciados usuarios.
 
En las entradas anteriores les presenté el propósito de este espacio, el cual está orientado a favorecer la enseñanza-aprendizaje de valores para la convivencia pacífica, utilizando la lectura como apoyo a esta tarea. Para entrar en la calidez de este tema tan interesante y motivador, incluí un documento titulado "La Educación y el significado de la vida", con la cual invito a realizar un ejercicio de reflexión en torno a qué hacemos y cómo ejercemos nuestra pedagogía, con el fin que podamos generar algunas estrategias / acciones que nos permitan mejorar nuestro desempeño docente. También presento otro documento muy orientador acerca de cómo aprende a leer nuestro cerebro; todo ello relacionado, por supuesto, con el tema de este blog.
Ahora, para adentrarnos en el contexto del tema de la Convivencia y cómo favorecerla a través de la lectura, comparto con ustedes un esbozo de lo que incluiré en esta página.
 
Quiero destacar que educar para la paz y la convivencia es un objetivo defendido con ahínco por todos los sectores de la comunidad educativa, pero a veces no sabemos cómo llevar a la práctica ese proceso y, por desconocer, no lo desarrollamos en el aula o en la escuela de manera pertinente. No sólo el futuro, sino también el presente dependen de que nuestros niños, adolescentes y jóvenes aprendan a resolver sus conflictos por vías pacíficas. Por eso, es muy importante que los alumnos adquieran “herramientas” y procedimientos para este fin y que vayan asumiendo valores que se traduzcan en actitudes y hábitos de convivencia; para ello, necesitamos que los docentes aprendan no sólo ¿qué hacer? sino el ¿cómo hacerlo?.
Ahora bien, educar las actitudes y los hábitos del alumnado es un proceso lento y difícil porque supone un compromiso de todos.
La educación para la paz y la convivencia requiere un planteamiento sinérgico: profesores, alumnos, padres, asociaciones y, en general, la sociedad deben marcar unos objetivos comunes, consensuados y mantenidos con tesón.
Para profundizar en cada uno de los aspectos señalados, más adelante estaré compartiendo otros documentos relacionados con la Educación para la convivencia pacífica y los valores para la paz, así como otros relacionados con orientaciones y estrategias para aprovechar la lectura en la enseñanza-aprendizaje de valores.
 
Continuamos en este camino...
 

sábado, 15 de marzo de 2014

¿Cómo aprende a leer nuestro cerebro?

"...Si nuestros estudiantes no comprenden lo que leen, es  poco lo que se puede hacer para mejorar su desempeño en el resto de áreas del conocimiento como las matemáticas, las ciencias naturales y sociales. Los estudiantes tienen que aprender bien a leer para después poder leer para aprender!".
Eso y más podrá leer en el artículo ¿Cómo aprende a leer nuestro cerebro?, de Horacio Álvarez, Especialista en Educación  para  el Banco Interamericano de Desarrollo.

miércoles, 12 de marzo de 2014

La Educación y el Significado de la Vida. Autor: Jiddu Krishnamurti



Quiero invitar a mis querid@s lectores docentes a realizar una reflexión en torno a la importancia de la educación, que nos conduzca hacia el interior de nosotros mismos para la revisión de nuestra práctica pedagógica: ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo lo estamos haciendo?... Al tomarnos ese momento de reflexión, podemos descubrir nuestros aciertos y debilidades, lo cual nos conducirá a gestionar el proceso de cambios necesarios para mejorar. Para ello, les invito a leer el interesante documento: "La Educación y el Significado de la Vida, escrito por Jiddu Krishnamurti; quien de manera magistralmente sencilla, nos explica la importancia que representa la educación en nuestra formación para la vida. Jiddu expresa, entre otras cosas: "...¿qué significa la vida? ¿Para qué vivimos y luchamos? Si nos educamos simplemente para lograr honores, o alcanzar una buena posición, o ser más eficientes, poder dominar a los demás, entonces nuestras vidas estarán vacías y carecerán de profundidad. Si sólo nos educamos para ser científicos, eruditos aferrados a los libros, o especialistas apasionados por el conocimiento, entonces estaremos contribuyendo a la destrucción y a la miseria del mundo. Aunque existe una más alta y más noble significación de la vida, ¿qué valor tiene la educación si no la descubrimos jamás? Podemos ser muy instruidos, pero si no tenemos una honda integración de pensamiento y sentimiento, nuestras vidas resultan incompletas, contradictorias y atormentadas por innumerables temores; y mientras la educación no cultive una visión integral de la vida, tiene muy poca significación". Indudablemente, es un texto hermoso y lleno de significado... El texto completo lo pueden encontrar en
http://www.jiddu-krishnamurti.net/es/educacion-y-significado-vida. Una vez realizada la lectura y el análisis correspondiente: sugiero producir algunas ideas y dejar tus comentarios. Pueden tomar como guía las interrogantes que coloco más abajo. 

CONSIGNA PARA LA REFLEXIÓN…
Les invito a analizar los señalamientos del autor, relacionándolos con situaciones que se presentan en su accionar cotidiano.
¿Qué opinión le merece lo expresado por el autor en el texto “La Educación y el Significado de la Vida”, en relación a la pregunta que dice: ¿De qué sirve el instruirse si en le proceso de vivir nos estamos destruyendo?
¿Cómo influye en su vida personal y como docente la complejidad social del contexto donde trabaja?
¿Cómo se podría trabajar en forma más saludable en contextos de vulnerabilidad social? 
¿Cómo se podría establecer un equilibrio entre la vida personal y laboral, para un desempeño pedagógico eficiente que contribuya a formar a individuos útiles para la sociedad? 
 
La Educación y el Significado de la Vida
Autor: Jiddu Krishnamurti (Fue un conocido escritor y orador en materia filosófica y espiritual, nacido en la India en 1895. Legaba no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social, o pensamiento filosófico. Pasó gran parte de su vida como conferenciante y profesor viajando por el mundo y enseñando sobre la mente humana, tanto a grandes como a pequeños grupos. Fue autor de varios libros, entre ellos La libertad primera y última libertadLa única revolución y Las notas de Krishnamurti. A la edad de 90 años dio una conferencia en la ONU acerca de la paz y la conciencia, y recibió la Medalla de la Paz de la ONU en 1984. Su última conferencia fue dada un mes antes de su muerte en 1986).


Xiomara Hernández

BIENVENIDOS...!!

Este espacio tiene como propósito compartir saberes entre colegas de la Educación en la 1era infancia, de manera que podamos crecer en el gran compromiso que tenemos como docentes.  En ese sentido, está orientado a favorecer la reflexión en torno a las implicaciones de nuestra labor como mediadores de aprendizajes para la construcción de habilidades, hábitos, conceptos y actitudes en los niños y niñas, que los conduzca a la formación de valores para la convivencia pacífica y la paz.
Ofrece lecturas seleccionadas que pueden servir de guía y orientación en cuanto al qué hacer y cómo para crear una cultura para la paz a través de la lectura. Espero sea del interés y resulte de provecho para todos.
 

Enseñemos a nuestros niños Valores para la Convivencia, a través de la buena lectura.




El camino a seguir está orientado a:

  • Discutir sobre el papel del maestro y la familia en el proceso de enseñanza de los valores. 
  • Comentar los aciertos y dificultades asociados a la enseñanza de los valores y sus implicaciones sociales y educativas. 
  • Observar la importancia de la educación en valores para aprender a convivir juntos y en paz. 
  • Analizar sobre métodos y/o estrategias  para la enseñanza de los valores. 
  • Observar la importancia de la lectura en el aprendizaje y la ejercitación de valores para la convivencia pacífica,  desde la primera infancia. 
  • Crear un plan de trabajo para ser aplicado en el aula de clases, siguiendo los principios de la concepción integral y funcional de la enseñanza de los valores.
Xiomara Hernández
12 de Marzo 2014


 
  

Padres brillantes, maestros fascinantes. De Augusto Cury. Lectura recomendada para padres y maestros!

  Los niños no necesitan padres gigantescos, sino seres humanos que hablen su lenguaje y que sean capaces de penetrar en sus corazones. Un...