viernes, 15 de abril de 2016

5 sentidos para evaluar en Educación Inicial


Hola estimados usuarios.
En la tarea de encontrar y aportar nuevas vías u orientaciones frescas que contribuyan a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizajes en la educación de los niños de la primera infancia; he estado reflexionando en torno a la práctica de la evaluación en el aula, toda vez que la misma incluye la observación y evaluación de los procesos de lectura y formación de valores. Entre otras cosas, pude concluir la necesidad de fortalecer en el docente la utilización de los cinco sentidos, considerando que toda la realidad se experimenta a través de ellos, siendo los métodos fisiológicos de percepción que le asignan la facultad para percibir estímulos externas. 
Sin embargo en el contexto en el cual quiero enmarcar su importancia: en el proceso de evaluación del desarrollo y los aprendizajes del niño, me permito ir un poco más allá de su funcionamiento biológico para destacar el proceso cognoscitivo y afectivo que debe prevalecer en el docente durante la implementación de los procedimientos de evaluación los cuales le permitan interpretar y comprender las acciones y/o desempeño del niño en su interacción con los demás elementos del entorno, que harían más amable, justa, rica y amplia la observación, la selección y organización de lo evaluado. 
Es así que, más allá de las técnicas e instrumentos necesarios para evaluar el desarrollo y aprendizajes de sus alumnos, la maestra necesita poner sus sentidos en funcionamiento máximo. 

Hoy, comparto el sentido de la vista: 
La vista, le sirve al docente para mirar con atención todo lo que el niño hace, pero también debe tener la capacidad de percibir con visión profunda y aguda las cosas que no se muestran. 
Por ejemplo: En una escuela, un niño hacia todo su esfuerzo en copiar en una hoja lo que la maestra escribía en el pizarrón. La maestra consideraba al niño como deficiente porque su escritura no se acercaba a lo convencional, ni a lo que ella esperaba de acuerdo a su edad… según la maestra, el niño no logró la competencia. Resultó que el niño, tenía problemas visuales los cuales le dificultaban copiar como su maestra requería…. 
A la maestra le faltó agudizar su visión para ver más allá… le faltó esa capacidad de mirar lo invisible, a partir de lo visible. La maestra tiene que mirar la riqueza de la acción del niño, las ganas y el amor que pone a lo que hace, pero también el malestar o dificultad que siente ante algunas tareas... y debe aprender, maravillarse y disfrutar la experiencia de los aprendizajes logrados por cada uno, con sus diferencias y similitudes.

#evaluación #EducacionInfantil #ExcelenciaDocente #GestiónEficiente #AgendaPedagógica #MaestrasEnAcción 

Por: Xiomara Hernández

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